domingo, 10 de mayo de 2015

¿Quién da la vez?

Uno de los contenidos fuertes del área de Matemáticas en este último trimestre ha sido el dinero. A lo largo de un par de unidades didácticas hemos ido trabajando con los céntimos, las monedas y los billetes de euro (hasta 50). Este aprendizaje es motivador de por sí, ya que es algo que conocen y que tienen en su entorno de continuo (su hucha, el dinero que les trae el ratoncito Pérez, pagar una actividad del cole...).

El libro cuenta con un pequeño bloc de materiales manipulativos, con que esta semanas atrás ya empezaron a configurar su monedero con sus monedas y billetes de juguete, elemento fundamental para esta nueva actividad que hicimos y os quiero presentar. El viernes convertimos nuestra clase en un MERCADO, con sus diferentes tiendas, sus ricos productos, sus dependientes y sus clientes. Aprendieron jugando y jugaron aprendiendo. Ellos disfrutaron una barbaridad y yo... ¡no os imagináis cuanto!



Ha sido un trabajo muy completo en el que se han puesto en juego muchos aprendizajes tanto del área de matemáticas (reconocimiento de monedas y billetes, varias formas de combinar las monedas para poner un mismo precio, precios adecuados para cada producto, sumas, restas...) como del área de lengua ( familias de palabras, campo semántico de una palabra, sustantivos en femenino y en masculino, expresiones y normas de cortesía utilizadas al ir a comprar...) Al haber sido un trabajo en equipo también se han puesto en marcha aprendizajes como: usar el lenguaje para llegar a acuerdos y tomar decisiones conjuntas (dialogar, negociar, convencer, ceder...), diseñar, organizarse las funciones de cada uno dentro del equipo...
En resumen ha sido una globalización de áreas de conocimiento y aprendizajes en una sola actividad.

Tras trabajar y reconocer cada una de las monedas y definir qué era un mercado (ni mercadillo ni supermercado) cada grupo eligió una tienda, la puso nombre y decidieron qué productos venderían y a qué precio. Posteriormente los dibujaron y diseñaron el cartel de su tienda con nombre propio que también eligieron. La verdad es que cada vez negocian mejor entre ellos. Llegan a acuerdos más rápidamente y hay menos enfados. Lo de controlar el tono de voz les sigue costando, a ver si en lo que nos queda de curso conseguimos pulirlo un poco más. ¡Moderadores! en esto necesitaremos vuestra ayuda.







El viernes dividimos la clase en dos turnos para que todos pudieran comprar y vender y cuando todos los equipos terminaron de colocar sus carteles y productos, y todos tuvieron claras las normas de nuestro particular mercado, abrimos sus "puertas".










Sin pasión de profe pero estaban para haberles grabado en vídeo durante toda la sesión. Frases de adulto y muy metidos cada uno en su papel. 

- Yo prefiero lo caro a lo barato, que lo barato siempre sale caro - decía una niña mientras esperaba a que le atendieran en la floristería.

- Son unos careros en la frutería, ¡4€ un melocotón!- se enfadó otro.

- Llévese las costillas que salen muy ricas - decía entusiasmado uno de los carniceros.

Y muchos "¿quién es el último por favor?" que se escucharon entremezclados. 

A falta de cajas registradoras los dependientes fueron apuntando en una tabla de doble entrada quién compraba, qué compraba y cuánto le pagaba, para una vez terminada la actividad pudieran contabilizar todas sus ventas y devolver el dinero a cada cliente para que todos los niños volvieran a tener el dinero con el que comenzaron. 

Espero que este fin de semana alguno haya ido con su familia a alguno de los mercados tradicionales que aún tenemos por el barrio, si no cualquier día es bueno para hacerlo. Que seguro que no van tan a regañadientes después de haber hecho esta actividad en clase.

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